Estudios de Impacto Ambiental ( EIA )
El impacto ambiental de las represas es extremadamente complejo y difícil de predecir. Debe exigirse una evaluación minuciosa del posible impacto ambiental que puede ocasionar una represa antes de que se ponga en marcha cualquier etapa del proyecto. Desdichadamente, los gobiernos y las compañías constructoras de represas han hecho que el proceso de EIA sea una formalidad burocrática, un simple obstáculo que las empresas deben superar para que su proyecto sea aprobado. Raramente los gobiernos y agencias de financiación tratan a los EIA como estudios serios que deben emplearse para emprender un debate abierto acerca de la viabilidad del proyecto. Por el contrario, los toman como la vía más simple para obtener la autorización para realizar el proyecto.
La apreciación acerca de si los daños ambientales que puede causar la represa son mayores que los beneficios es una apreciación de carácter político y nada imparcial. Las decisiones que comportan tales apreciaciones deben tomarse después de un debate entre los afectados y la opinión pública, los que deberán estar previamente informados. El balance entre el costo de la extinción de una especie o estuario y el beneficio de un aumento de la capacidad generadora de electricidad no debe ser realizado únicamente por los consultores, que tienen interés en que se proyecten y construyan más represas. Las consultorías ambientales se ha convertido en un lucrativo negocio internacional. Las evaluaciones ambientales de los proyectos de grandes represas son realizadas sobre todo por consultores de un número limitado de compañías, algunas de las cuales están directamente involucradas en la construcción de represas.
Se crea un evidente conflicto de intereses cuando la compañía que evalúa la viabilidad ambiental de un proyecto puede ser la misma que se contrata para construir la represa. Incluso consultores aparentemente independientes y sin un vínculo directo con las empresas constructoras de represas tienen un gran interés en minimizar el impacto ambiental del proyecto y exagerar sus beneficios. Si sus conclusiones no son favorables a las agencias de financiación de represas o a las empresas constructoras, estas consultoras no volverán a ser contratadas en el futuro. Por consiguiente, las conclusiones de un EIA acerca de una gran represa pueden intuirse antes de leer el informe: el impacto ambiental de la represa será relativamente menor, fácilmente mitigable y relativamente barato. Aunque algunas secciones individualmente consideradas de un EIA sean críticas o planteen interrogantes preocupantes sobre algunos de los efectos que no pueden ser previstos, esos aspectos son invariablemente minimizados en las conclusiones del informe y las críticas hechas en el borrador suelen desaparecer en la versión final.
Tomado de: Red Internacional de los Rios ( Guardianes de los rios )
La apreciación acerca de si los daños ambientales que puede causar la represa son mayores que los beneficios es una apreciación de carácter político y nada imparcial. Las decisiones que comportan tales apreciaciones deben tomarse después de un debate entre los afectados y la opinión pública, los que deberán estar previamente informados. El balance entre el costo de la extinción de una especie o estuario y el beneficio de un aumento de la capacidad generadora de electricidad no debe ser realizado únicamente por los consultores, que tienen interés en que se proyecten y construyan más represas. Las consultorías ambientales se ha convertido en un lucrativo negocio internacional. Las evaluaciones ambientales de los proyectos de grandes represas son realizadas sobre todo por consultores de un número limitado de compañías, algunas de las cuales están directamente involucradas en la construcción de represas.
Se crea un evidente conflicto de intereses cuando la compañía que evalúa la viabilidad ambiental de un proyecto puede ser la misma que se contrata para construir la represa. Incluso consultores aparentemente independientes y sin un vínculo directo con las empresas constructoras de represas tienen un gran interés en minimizar el impacto ambiental del proyecto y exagerar sus beneficios. Si sus conclusiones no son favorables a las agencias de financiación de represas o a las empresas constructoras, estas consultoras no volverán a ser contratadas en el futuro. Por consiguiente, las conclusiones de un EIA acerca de una gran represa pueden intuirse antes de leer el informe: el impacto ambiental de la represa será relativamente menor, fácilmente mitigable y relativamente barato. Aunque algunas secciones individualmente consideradas de un EIA sean críticas o planteen interrogantes preocupantes sobre algunos de los efectos que no pueden ser previstos, esos aspectos son invariablemente minimizados en las conclusiones del informe y las críticas hechas en el borrador suelen desaparecer en la versión final.
Tomado de: Red Internacional de los Rios ( Guardianes de los rios )
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